En
la elección más inquietante del año,
el futuro del país está lleno de misterio
y suspenso. ¿Quién tomará el timón
en este emocionante thriller político? ¿Nos
llevará a aguas calmadas, nos lanzará contra
acantilados afilados o nos dejará a la deriva condenados
al olvido histórico?.
Nos encontramos en una elección presidencial que
parece extraída de una novela de suspenso, con tres
partidos luchando por el poder mientras la sociedad se encuentra
al borde de un abismo sin fondo y traicionero.
Los índices de pobreza superan niveles tolerables,
la corrupción esta desenfrenada y el escenario dominado
por la delincuencia.
El dólar no para de subir, pero también lo
hacen los precios de los bienes básicos. Los mercados
están en la dicotomía del terror por lo que
puede venir o el miedo a que continúe esto.
Como si fuera poco, la ostentación de los funcionarios
en medio de denuncias de corrupción se vuelve cada
vez más visible, exacerbando la indignación
pública.
La sociedad observa atónita cómo sus gobernantes
disfrutan de lujos y placeres, mientras muchos hogares enfrentan
dificultades para poner comida en la mesa. La corrupción
se ha convertido en una preocupación generalizada,
con escándalos políticos que surgen constantemente.
¿con esto... Que puede salir mal?
La trama tiene tres actores principales en la contienda:
un populismo de izquierda junto a su hermano de derecha
que fueron comprimiendo el centro al punto que ya se tocan
y no nos dejaron espacio en el medio en donde podríamos
armar una capsula de escape, para que todos los que tenemos
las alforjas llenas de iluminados, podamos salir de este
pandemonium. Una campana de Gauss macabra que nos tiene
presos a todos.
También tenemos el colectivo de los que cuanto
peor mejor, que sacuden el avispero y se quedan para ver
qué pasa. Una arcaica teoría setentista de
acceso al poder de minorías que no tienen representación
en las urnas.
Claro que otros pretendemos una cosa totalmente distinta,
Que el sistema se depure a sí mismo, se mejore y
crezca cualitativamente. Como pasa con nuestros vecinos
que alternan de un lado al otro del espectro ideológico
sin tocar las políticas de estado. Pero esa minoría
no está en el radar.
Surge
la pregunta sobre el verdadero interés de los candidatos
en tomar el poder. ¿Buscan realmente ayudar a los
ciudadanos o persiguen otros objetivos? Este deseo por el
poder y los recientes escándalos mediáticos
que coparon los medios plantean interrogantes sobre sus
verdaderas intenciones.
En este contexto, el futuro del país es tan incierto
como un laberinto sin salida.
La cuenta regresiva se ha activado, y nos encontramos al
borde de una trama política que desafía incluso
las más audaces obras de ficción.
Los votantes serán los actores principales en nuestra
historia, y el resultado de esta elección es tan
impredecible como el final de una novela de suspenso.
¿Será esta elección una tragedia, una
comedia o una obra maestra del suspenso, digna del talento
del maestro Stephen King?.
Me preocupa que la sociedad naturalice
este caos y lo peor, que piense que el lunes de la mano
de alguno de estos personajes, todo mejorará mágicamente.
La cuenta regresiva está en marcha, y estamos a punto
de presenciar una trama política que supera cualquier
ficción imaginable.
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